Durante el embarazo, la mujer experimenta una serie de cambios fisiológicos y físicos que pueden provocar dolores y molestias. Una de las formas de aliviar estos síntomas, y recuperar la forma física previa al embarazo, es la práctica del método Pilates.
Este método, ejecutado debidamente y con un buen control-corrección por parte del fisioterapeuta, hará que los objetivos se logren, obteniendo así el bienestar de la madre.
No obstante, también se recomienda la práctica de Pilates antes del embarazo, es decir, en aquellas mujeres que tengan pensamiento de quedarse embarazadas. Así, los principios básicos posturales del método estarán mejor integrados para cuando llegue la etapa del embarazo.
Con la práctica del Pilates, lo que buscamos es dar solución a una serie de patologías comunes que se producen durante el embarazo: dolor de espalda, lumbopélvico y costal, cambios en la estabilidad pélvica, lesiones de tejidos blandos, inestabilidad de rodilla y tobillo, disfunción de la sínfisis púbica, síndrome del piramidal…
Objetivos del tratamiento
Para conseguir todo esto, centraremos el método en los siguientes aspectos:
Beneficios en el pre-parto
Pese a todos los beneficios del método, hay una serie de contraindicaciones absolutas, que nos impedirán la práctica de Pilates durante el embarazo:
En los últimos 45 días de gestación, según la evolución del embarazo y el criterio del médico, se podrá seguir practicando Pilates o no. Hay mujeres que lo realizan hasta el momento de dar a luz.